Definir el instante previo a cualquier acontecimiento como una posible unidad de tiempo, una unidad en la que la medida convencional se detiene, señalar en la inminencia la fragilidad del instante, estirarlo, retener su fugacidad.
Un momento, intangible, como un pensamiento, como una decisión, pero antes… Es un instante que se mide por su leve y dramática resistencia.
En vano intentamos controlar el decurso de nuestras vidas. Tal vez nuestra potencia se manifieste como vivencia sólo en el instante previo a cualquier desenlace, en la condición de vértigo, en la sensación de despertar en el aire.